Preservar el río Cauca, una prioridad para la Cali como ciudad región: panelistas en foro del agua
Santiago de Cali, julio 31 de 2024.- Implementar una nueva política pública que enfatice la importancia de entender la gestión del agua desde una visión de ciudad región; pagar la deuda ambiental que se tiene con el río Cauca desde hace 35 años y ejecutar de inmediato el tratamiento secundario de la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales – Ptar de Cañaveralejo, fueron las conclusiones a las que se llegó durante el ‘Foro del Agua para Cali’, realizado por el Concejo Distrital de Cali.
El Presidente del Concejo, Carlos Andrés Arias Rueda, sostuvo que la convocatoria de parte de la Corporación al foro sobre el agua, obedece a la importancia que tiene el recurso hídrico para la región, se amenazado constantemente por problemas de contaminación, mal manejo de dicho recurso y la falta de compromiso de la sociedad civil. “Por eso es necesario que el sector público, el sector privado, la academia, las comunidades y todas las fuerzas vivas aúnen esfuerzos y recursos en pro de la fuente de vida”, explicó Arias Rueda.
“El río Cauca y el río Pance fueron declarados sujetos de derecho, lo que significa que hay que ejecutar todas las acciones posibles para su conservación. El río Cauca está enfermo y en su paso por Cali entra a un estado agónico debido a la carga contaminante que recibe de asentamientos de desarrollo humano incompleto, fumigaciones, minería ilegal y otra serie de factores, que hace imprescindible que se tomen acciones urgentes para su descontaminación”, manifestó Arias Rueda.
Durante el desarrollo del Foro se dejó en claro que Cali, como ciudad, no puede sola afrontar el problema porque requiere tener un centro articulador con el resto de los municipios que se benefician del Cauca, con principios de circularidad y soluciones basadas en la naturaleza, con una perspectiva territorial mucho más amplia. Y que la ciudad y sus actores deben aprovechar que los recursos para ejecutar el tratamiento secundario de la Ptar Cañaveralejo están incluidos en el Plan de Desarrollo Nacional y se hace necesario que con el concurso de todos los actores se haga el cierre financiero, para que sea una realidad a la mayor brevedad.
La secretaria de Medio Ambiente de la Gobernación del Valle, Beatriz Eugenia Orozco, a través del colectivo del Río Cauca, anotó que lo que no se conoce no se valora y no se puede conservar, por lo que desde su dependencia ha avanzado en un modelo de gobernanza en la cuenca alta del río, que recibe ríos tributarios que lo oxigenan y sirven para el desarrollo social económico, sociológico, cultural y ambiental de la región.
“El río Cauca llega en buenas condiciones hasta Cali. Pero en la ciudad recibe presiones urbanísticas con descargas de los alcantarillados, canales de aguas negras y plantas de tratamiento que la contaminan de una manera tan brutal, que los niveles de la calidad del agua ya no son aceptables y eso afecta la biodiversidad, la fauna, la flora y el desarrollo mismo. Pero esas cuencas tributarias son tan nobles, que lo vuelven a oxigenar para que recorra los 23 municipios del Valle del Cauca y darlo en buenas condiciones al departamento de Risaralda, lo que hace ver la importancia de componer todo en Cali”, dijo Orozco.
Por cosas como esas, concluyó, es que las empresas prestadoras de servicios públicos deben invertir en las cuencas de donde toman el agua para los acueductos que operan, porque están usufructuando la materia prima y no puede acabarla porque se les cae su razón de ser. Urge recuperar los humedales, los sumideros de carbono, el tránsito de aves migratorias y abogar por el uso eficiente del agua en el sector agrícola, construyendo un parque lineal en el jarillón del río Cauca para darle protección y que no vuelva a ser invadido.
Luis Darío Sánchez, del Instituto Cinara de la Universidad del Valle, alertó sobre el peligro de contaminar las fuentes subterráneas y superficiales que hay en suelo vallecaucano, territorio que es privilegiado en este aspecto. “Los ríos son los ecosistemas más antiguos y están en problema de abandono. La cuenca alta del río Cauca es una prioridad, así como las fuentes que hacen parte de ella”, anotó.
La seguridad hídrica es responsabilidad de la sociedad y hay que preservarla con una buena gobernanza y con cooperación inter-regional para recuperar lo que se ha dañado, añadió Sánchez, no sin antes hacer notar que el 50% de la contaminación del río Cauca lo aporta Cali. A pesar de todo, los ríos subterráneos siguen allí y hay que cuidarlos.
“Cali será la ciudad del futuro por el agua, tenemos que propender porque en los ríos vuelvan a nadar peces, que sean navegables, evitar los sólidos suspendidos que a veces llegan hasta las 30 mil unidades de turbiedad y eso no lo trata ninguna planta, pues los causantes son los ríos Palo y Desbaratado que sufren en sus cuencas una alta erosión y deforestación, que no pueden pasar acá”, dijo Sánchez del Cinara.
Según David Loaiza, del Fondo agua por la vida y la sostenibilidad, de Asocaña, el camino hacia la seguridad hídrica es un trabajo de todos. “Somos un departamento vulnerable a la escasez del agua. Las mediciones técnicas que hace la CVC dicen que el 50% de las cuencas apenas alcanza a cubrir la demanda de una ciudad como Cali y estas se vienen perdiendo. El cambio climático puede afectar la calidad y cantidad de agua y eso se tiene que manejar de manera conjunta con los sectores públicos y privados”.
Para evitar que ello suceda y como aporte, la entidad que representa viene trabajando en 26 cuencas hídricas priorizadas de varios departamentos y ciudades para lograr la seguridad de ellas, iniciando por aquellas que están por encima de los 1.400 metros sobre el nivel del mar, concientizando y mejorando la calidad de vida de las personas y comunidades que habitan en las cuencas y zonas boscosas.
Mientras que Jorge Enrique Sánchez, de Acuavalle, anotó que su entidad opera en el todo departamento y abarca el 79% en cobertura para 56 corregimientos y 66 veredas, por lo que son conscientes de la conservación del agua, hacen análisis de la misma y junto a las comunidades protegen las cuencas, cerrando así las brechas sociales para mejorar la calidad de vida de los ribereños.
“Somos conscientes de que las 2.819 personas que hay en los asentamientos subnormales y en las comunidades desplazadas no tienen agua potable y hay que darles soluciones para mejorar su calidad de vida. En la región existen 156 empresas prestadoras de servicios públicos, siendo 9 de ellas grandes prestadores, por lo que se invita a los alcaldes de todas esas áreas para integrarse y encontrar soluciones efectivas, a pesar de no ser posible legalizar los servicios en estos lugares”, manifestó Sánchez.
A este respecto Juan Pablo Gutiérrez, de Emcali, recordó que el compromiso de ellos para con la ciudad es darle una buena calidad de agua a las personas, de allí que trabajen de la mano con la academia.
El deterioro de las cuencas, continuó Juan Pablo Gutiérrez, provoca alta turbiedad y para garantizar una buena calidad del agua, se hacen planes de seguridad para evitar riesgos, así como estudios previos, planes de contingencia, análisis de amenazas y vulnerabilidades, para sacar conclusiones. Se hace desde la captación, pasando por la planta de tratamiento, los reservorios de agua, la red de distribución, los medidores y se llega al usuario final, tanto en la planta de Puerto Mallarino, como la de río Cali en San Antonio, La Reforma y La Ribera, en Pance.
En su alocución, Miguel Ricardo Peña, de Water Segurity and Sustentable, del Reino Unido, mostró el compromiso de la nación con la preservación y conservación de los afluentes hídricos, gestionando recursos y expandiendo conocimientos a nivel internacional, que redunda en seguridad hídrica y desarrollo sustentable, logrando una efectiva recuperación del río Cauca.
Igualmente, Andrés Salazar, del Ministerio del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, hizo hincapié en la necesidad de establecer una gobernanza en defensa del agua, en todo el país.
“La base del éxito en la recuperación de cuencas, como la del río Cauca, es el monitoreo del recurso desde el plan hídrico nacional, logrando datos de gestión del agua en cada región e investigando el recurso hídrico puntual, en asociación con las universidades para que a través de educación ambiental, la gobernanza, la participación ciudadana, el fomento de la cultura, la prevención de conflictos y el fortalecimiento institucional y comunitario, se logre el objetivo”, anotó Salazar.
En la parte final del foro, se realizó un foro de discusión entre los panelistas que estuvo moderado por Mario Andrés Gandini, Director de Instituto para la Sostenibilidad, de la Universidad Autónoma de Occidente, quien se encargó de cuestionar al Presidente del Concejo, Carlos Andrés Arias; a Manuel José Reina, de Propacífico; María Virginia Casasfranco, de la Fundación Ríos y Ciudades; Oscar Hincapié, de Emcali y Mauricio José Mira, del Dagma, a fijar sus posiciones.
Arias Rueda manifestó que para que haya sostenibilidad, debe haber una ciudad región. “La solución no es solo para Cali, la visión debe ser integral en su área metropolitana. La ausencia de políticas públicas hace que el desarrollo sea descontrolado, tanto en sus bordes como en su redensificación y ello es causal del gran desperdicio y fugas de agua que se evidencian en Emcali.
Manuel José Reina habló del trabajo colaborativo en los planes de desarrollo, siendo un desafío de lo rural y lo urbano, aprovechando las buenas categorías buenas que tienen los ríos, los pagos por servicios ambientales y la vinculación de capital por parte del sector privado.
Para María Virginia Casasfranco, es indispensable la participación de la sociedad civil para salvar las cuencas de los 7 ríos que hay en Cali, de una manera articulada y con acuerdo de voluntades.
Por su parte, Oscar Hincapié hizo énfasis en que el tratamiento secundario de la Ptar Cañaveralejo es indispensable para la descontaminación del río Cauca, de allí que la CVC se haya vinculado con los estudios, al igual que otros actores sociales y académicos. “La Nación puede dar recursos, pero Cali y el departamento también deben aportar, dada la necesidad de hacer el re - uso del recurso, pues las aguas de la Ptar se tienen que reutilizar para procesos productivos, cultivos, biosólidos e investigaciones académicas localizadas.
Y Mauricio José Mira, del Dagma, agregó que hay avances en el tratamiento de aguas residuales en los asentamientos y que se deben aprovechar las tasas ambientales, que son de destinación específica, para hacer planes de mejoramiento con los recursos recaudados para descontaminar el recurso hídrico con tecnologías nuevas, como la utilización de algas en los ríos, promover los cordones verdes con el pago por servicios ambientales, incentivar el uso racional del agua y proceder a la descolmatación del canal CVC sur.
Comunicado Estratégico: 21.2.3.315/2024