Santiago de Cali, febrero 16 de 2024.- Robustecer las acciones que tiene a su cargo la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana articulando dependencias de la Administración central y buscando recursos de programas del Gobierno Nacional, solicitaron los concejales de Cali a Johana Caicedo Sinisterra, encargada de la política de paz y cultura ciudadana.

En su exposición, ante el Concejo Caicedo Sinisterra, indicó que cuenta con un presupuesto para el año 2024 de $11 mil millones, cuando el ideal estaría alrededor de los $20 mil millones, teniendo en cuenta el histórico de los años 2022 que superó los $24 mil millones y en el 2023 con más $18 mil millones. “Para la secretaría de Paz, que cuenta con 28 proyectos enmarcados en temas de convivencia y cultura ciudadana, tendría solo recursos para un 57% de ellos”, dijo la funcionaria.

Asimismo, aseveró, “que recuperar la confianza de la ciudadanía es un tema que le cuesta mucho a la Administración, porque hay fracturas sociales que duelen en la comunidad”.

De las 23 mesas de diálogo y convivencia instaladas por la secretaría de Paz, solo operan 8 en los territorios, lo que demuestra que faltan recursos y mejores condiciones para generar confianza con los grupos base en las comunas.

El Concejal, Edison Lucumí Lucumí, aseveró que ante la falta de recursos en la secretaría de Paz, urge una sinergia con otras dependencias de la Administración Distrital para lograr cubrir los 28 proyectos que se propone el organismo a cargo de Johana Caicedo Sinisterra. Por ello, insistió en que hay que sacar los retos de esa dependencia, de la mano de otras secretarías.

“Cada vez los recursos para Paz y Cultura Ciudadana, son menos, pues para el año 2024 tienen $11 mil millones que solo alcanzan para cubrir la mitad de los 28 proyectos planteados, por lo que hay que buscar recursos en el orden nacional, porque hoy Cali está inundada de problemas de convivencia, de movilidad, de ruido, de violencia intrafamiliar y un alto consumo de sustancias psicoactivas en sitios no autorizados”, precisó el Concejal Lucumí Lucumí.

El Concejal Sergio Mauricio Zamora Betancur, “el conflicto es inherente a toda sociedad y tenemos que ver cómo lo sorteamos, no de manera violenta, sino evitando que siga para bajar la cifras de crímenes por convivencia e intolerancia. Los porcentajes de criminalidad suben en algunos barrios. El presupuesto de la Secretaría puede ser poco, es el 1.9 %; les dieron $11 mil millones de los $19 mil millones que pidieron, por lo que hay que buscar esfuerzos nacionales”.

El Concejal Fabio Alonso Arroyave Botero, aseveró que si la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana, quiere ser más robusta en presupuesto, se tendrá que hacer gestión y generar esa lucha. Igualmente dijo, que la pérdida de la confianza en Cali es a todos los niveles. “La gente sabe que ser bandido paga, que la ciudad es invivible, que el ciudadano hace lo que quiera y ese concepto hay que cambiarlo desde esta dependencia”, dijo Arroyave Botero, indicando que hoy todos nos la tiramos de vivos pero somos bobos, porque volvimos a Cali invivible.

Por ello solicitó la creación de una línea directa donde un funcionario de esta Secretaría recoja las inquietudes de otras dependencias como Educación, Movilidad y Cultura, que no están contempladas allí como misión, pues la falta de cultura genera intolerancia, hay que trabajar este tema fortaleciendo esta Secretaría en capacitación, control y vigilancia. E hizo un llamado a la Administración para que convoque a los motociclistas, premiarlos por su buen comportamiento, ayudarles con el Soat y las multas a los que tienen buen comportamiento ciudadano y así generar cultura en movilidad. Igualmente, controlar el consumo de drogas en parques, cerca de colegios y sitios públicos, analizar el problema de habitantes de calle, permitirles el uso de baños públicos a esas 8.000 personas para respetar sus derechos.

La Concejal Alexandra Hernández Cedeño, manifestó que la ciudadanía tiene que devolverle a Cali lo que ella le da, “para que volvamos a ser cívicos y solidarios. Desde esta Secretaría hay que trabajar duro el tema de la trata de personas y las desapariciones, prevenir el reclutamiento de menores y que haya espacios libres de droga, de vandalismo en el MÍO haciendo campañas de no agresividad en la vía, porque ya superamos los 500 casos”.

En materia de política pública de cultura ciudadana, dice Hernández Cedeño, Cali tiene grandes retos, porque allí están todos los problemas que hoy afectan la seguridad y la convivencia de los caleños, especialmente en temas de consumo de sustancias psicoactivas.

Para el Concejal Roberto Ortiz Urueña, lo que Cali necesita es autoridad, disminuir la intolerancia y darle continuidad a las jornadas de limpieza para que al otro día la ciudad no esté sucia. Actualmente, recordó, hay 60 mil comparendos por mal comportamiento ciudadano, “pero no pasa nada, siguen los excesos de ruido, las mascotas sin control y el carril de ciclorrutas invadido. Hay que recoger lo de la política pública con pedagogía y autoridad”, agregó.

Mientras que el Concejal Rodrigo Salazar Sarmiento, recordó que el civismo de la Cali actual no se puede comparar con la Cali de los años 70, donde solo había 800 mil habitantes movidos por un incentivo como los Juegos Panamericanos. “Hoy en día vivimos acá pocos raizales, muchos han llegado del Pacífico como migrantes, que no son una amenaza sino un potencial de cultura y así deben promocionarse. Ahora Cali busca su identidad y hay que ayudarle con un pretexto como lo es Cali Distrito Especial, reconociendo la pluralidad”.

Respecto del tema que se vive en la urbe, dijo el Concejal Salazar Sarmiento, no solo en las negociaciones del gobierno y la insurgencia, lo rural llega a lo urbano y eso se siente. “La paz no es un relleno, hay que fortalecerla desde esta dependencia o de otros espacios. El Plan Marco de Investigación PMI del gobierno debe acogerse en los municipios para fortalecer el proceso de sociedad pacífica, obtener recursos de allí. Hay un 3% para los territorios, reforma rural y los estamos desaprovechando”, manifestó el Concejal, quien recomendó institucionalizar la paz, apoyar a las fuerzas vivas para que hablen del tema y crear una comisión especial de paz en Cali, que dinamice los programas.

En cuanto al comportamiento ciudadano, el concejal James Agudelo insistió en que hay que articular a la gran mayoría de las dependencias de la Alcaldía, analizando por qué suceden los conflictos, reconocer las necesidades básicas insatisfechas y buscarles soluciones. “¿Son o no cívicos los caleños? Se preguntó. La gente irrespeta el MÍO, pero el transporte informal sí lo respeta. Para unas cosas sí hay cultura para otras no. Hay que evaluar ese comportamiento ciudadano, se necesitan acciones efectivas en todos los ámbitos”, añadió Agudelo Arévalo.

Mientras que la Concejal Daniella Plaza Saldarriaga, alertó sobre las bandas criminales que llegan a la ciudad porque hay un caldo de cultivo en otras regiones y hay que ver qué programas se tienen que implementar para combatir ese flagelo y prevenir la trata de personas.

El concejal Juan Felipe Murgueitio conceptuó que las rutas de prevención y atención a las víctimas deben ser prioritarias y debe serlo con recursos. De las 22 comunas de Cali -dijo- 21 tienen jóvenes vulnerables y en los 15 corregimientos, pasa lo mismo, por lo que se debe tener articulación con dependencias como Seguridad y Justicia para lograr resultados, que como ejemplo, en la Comuna 15 hay 7 asentamientos que preocupan porque existen  grupos armados, pandillas y hay ausencia de Estado.

Para el concejal Henry Peláez, no hay que seguir haciendo lo mismo porque eso no ha dado resultados. “La gente quiere cambios en todos los aspectos como seguridad, estrategias en el Plan de Desarrollo con indicadores de impacto, no cifras de cumplimientos, que no revelan la realidad. Las cosas se quedan en capacitaciones, informes y recomendaciones, pero en terreno no pasa nada con la cultura. La parte operativa debe involucrar a la comunidad, la empresa, la academia. Hay que hacer cosas visibles por la ciudad”, dijo.

Y el concejal Edison Alberto Giraldo recordó que Cali es la ciudad más violenta del país y ese rótulo hay que dejar de tenerlo. Hizo énfasis en que para recuperar la Cultura Ciudadana hay que empezar por el centro de la ciudad, que tiene el 7 % de la problemática social por microtráfico, por habitantes de calle y por las 8 estaciones del MÍO que lo atraviesan, concluyó.